Miércoles 3 de Agosto

Domingo: ideal de castidad

El evangelio de hoy nos muestra una situación un tanto peculiar. Y es que la respuesta que Jesús da a la cananea da la impresión de que no sea políticamente correcta, dado que parece que muestra frialdad ante su petición. Pero la insistencia de la mujer cananea, fruto de su fe tan grande, parece que hace que Jesús reaccione y aprenda que él ha venido para todos sin distinción. Que su amor no sabe de fronteras y tiene que abrirse más allá de las “ovejas descarriadas de Israel”.

 

Hoy en nuestra novena contemplamos a nuestro padre Domingo como ideal de castidad. Todos los biógrafos señalan que en su corazón cabía todo el mundo, es decir, todo aquel que necesitara de su amor. A Santo Domingo le resultaba fácil seducir a las personas con las que se encontraba, pues se atraía con facilidad el amor de todos. Su sucesor al frente de la Orden, fray Jordán de Sajonia, escribió en su obra Orígenes de la Orden de Predicadores que, apenas le veían, se introducían sin dificultad en su corazón.

"Todos los hombres cabían en la inmensa caridad de su corazón, y, amándolos a todos, de todos era amado." Jordán de Sajonia.
"Todos los hombres cabían en la inmensa caridad de su corazón, y, amándolos a todos, de todos era amado." Jordán de Sajonia.

Con bastante frecuencia pensamos que la castidad consiste en la continencia. Es cierto que la castidad implica la continencia para aquellos que hemos optado en nuestra vida profesar los consejos evangélicos (pobreza, castidad y obediencia). Pero reducir la castidad a esto, creo que es ridiculizar la grandeza que tiene vivir el amor en castidad. El amor en castidad es un amor que no acapara ni es obsesivo; se trata de darte con el alma, de darte con la vida a todos sin distinción, para crecer y crecer en un amor y en una forma de amar que nadie nos podrá quitar jamás. En Domingo de Guzmán encontramos esta actitud de amante, y por ello es nuestro ideal de castidad.

 

Vivir el amor en castidad es una forma de amar tan sincera y especial, que hace que no añores ni sientas nostalgia de otros “amores”. Y es que el amor en castidad es una forma de amar tan sublime que ni daña ni hace sufrir; el amor en castidad es un amor… que te permite sonreír todo el tiempo. 

ORACIÓN:

 

 Fray Domingo, hombre apasionado por Dios y por la humanidad, haz que nuestro corazón se ensanche, para que el amor universal que anidaba en ti, lleguemos a hacerlo vida todos los nos acogemos a tu protección y tu guía. Alcánzanos la gracia de vivir con el corazón siempre en la mano, para que todos puedan tomar de el lo mejor que reside en nosotros, el amor y la misericordia de Dios.

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